miércoles, 16 de mayo de 2012

El Rosario:



¿Por qué esta forma de oración se llama Rosario?
Como ofrecemos flores a la persona que amamos, del mismo modo cada Ave María (Dios te salve) es como una rosa ofrecida a la Santísima Virgen; el conjunto de estas Ave María constituye una corona de rosas - El Rosario - que le presentamos.
El Rosario es una oración que nos fortalece espiritualmente. Es un modo de rezar que tiene una eficacia peculiar para unirnos a la Virgen María y hacernos sentir su amor.
Hoy el ritmo frenético de la vida nos lleva a vivir de manera siempre apresurada y dispersiva, por ello es importante y necesario rezar  El rosario, que nos va ha servir de luz para guiarnos por el camino del bien.
 Cada día empleamos buena parte de nuestro tiempo en viajar, ida y vuelta, a nuestro trabajo, o a los estudios u otros quehaceres. Nosotros, que no tenemos tiempo para rezar, podemos aprovecharlo en nuestros desplazamientos cotidianos para hacerlo. Rezar por la mañana es comenzar el día con una actitud positiva; por la tarde, es concluirlo de un modo sereno. El rosario es la oración más apropiada para rezar durante nuestros trayectos; es una oración dinámica que nos hace participar en la oración de María; el Evangelio nos muestra que, durante su jornada, ella rezaba porque "meditaba en su corazón".
El rosario, que nos hace recorrer los misterios de la vida de nuestro Señor, es una oración meditativa, centrada en Jesucristo. Nuestra meditación se hace en compañía de María, ella que, mejor que todos nosotros, Lo conoce.
En la primera parte del Ave María, el nombre de Jesús es el punto culminante; sobre Él se fija nuestra atención mientras Él nos enseña una verdad o una virtud en la escena evangélica evocada por el misterio del rosario que estamos meditando. Diciendo el Ave María, nuestra mirada interior se junta con aquella de María y por medio de su mirada nosotros penetramos en un conocimiento más profundo de Jesucristo.
En la segunda parte del Ave María, el acento está puesto sobre la invocación: "ruega por nosotros". Pedimos a la Santísima Virgen de ayudarnos a poner en práctica la verdad o la virtud que estamos meditando.
El rosario, gracias a esta meditación dinámica de la vida de Jesucristo, nos hace progresar en nuestra vida cristiana y nos transforma poco a poco.

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